Biografía // Cronología // Muestra musical
Vida y familia
"Era buena gente, sincerote, mamagallista, muy hogareño, salía de trabajar la música y se iba para su casa. No era un hombre bebedor, vivió de la música pero no del trago. Eso sí, le gustaba estar siempre bien arreglado, con su cabello liso negro siempre peinado y su ropa siempre en orden. Tuvo la visión de la música del pacífico recorriendo ciudades y creciendo como las olas del océano y logró contagiar a varias generaciones a punta de saxo, voces, guitarras, currulaos, alegría y fiesta". Así describe Marquitos Micolta al maestro Peregoyo, con esa sinceridad que permanece con los años y con los recuerdos de todas esas aventuras que pasaron en el Combo Vacaná, allá en su natal Buenaventura.
Enrique Urbano Tenorio nació en Buenaventura en 1917. Sus padres, el indio Feliciano y la negra Eustaquia, eran de Timbiquí, Nariño, por eso tenía el cabello liso y la piel tostada. Fue el quinto de ocho hermanos, su madre murió en el último parto cuando él tenía ocho años y desde ese entonces vivió con Lidubina, su hermana mayor. Urbano T. era padre del periodista Jorge Enrique Urbano Sánchez, asesinado hace ocho años y era hermano del senador de la República Néstor Urbano Tenorio, en cuyo honor fue bautizado el parque principal de Buenaventura. Su esposa, Inés Sánchez de Burbano, murió un mes antes de la muerte del compositor que murió en octubre de 2007 a los 90 años en Cali.
La palabra ‘Peregoyo' es una variante del vocablo típico ‘emperegoyado' que se da a la persona que siempre esta bien vestida y eso era ya natural en el maestro.
Sus oficios
Enrique era dueño de una infinita calma que le ayudó a desempeñar varios oficios con delicadeza, fortaleza y mucha alegría. Además de las serenatas, cuando era muchacho trabajaba en el puerto como ayudante del maquinista en una draga. Le gustaba escribir, dibujar y cantar. Por eso, superada la época de la máquina, se hizo profesor de la materia de educación estética, que comprendía la enseñanza del dibujo, la música y la caligrafía en el Colegio Pascual de Andagoya, allí trabajó más de 35 años. Toda una generación llevó en las curvas de su caligrafía Palmer las huellas de aquel docente amable, pero estricto, que enseñó el arte de la buena letra. Esto también lo hizo el único personaje que podía elaborar los carteles del Teatro Caldas, donde además trabajó como maquinista de cine. Después de la música, la enseñanza fue su segunda pasión y la que le dejó una pequeña pensión para sobrevivir hasta los últimos años de su vida. También trabajó como locutor en reemplazo de su hermano Néstor en el programa ‘Mensajes Portuarios', en una emisora propiedad de los Ferrocarriles Nacionales, convirtiéndose en el primer locutor con licencia en Buenaventura.
Cómo llegó a la música
Peregoyo sintió desde niño una inclinación hacia la música. Dicen que nació músico, aprendió a tocar de oído y viendo tocar instrumentos de cuerda (bandola, guitarra, violonchelo y violín). Luego estudió composición y aprendió a tocar el saxo. Sin conocimientos musicales se inició como instrumentista de bombo y platillos en la única orquesta con formación académica que había en Buenaventura, ‘Los Barbacoanos'. Desde un principio, el maestro hizo un verdadero trabajo de investigación musical de manera empírica, pues se nutrió de la música raizal afro de los montes, las selvas y los ríos de la costa.
En su primer longplay que salió al mercado recogió el ritmo madre del currulao, el abozao chochoano, el aguabajo, el porro, el arrullo y el son montuno del caribe, e incluso incorporó el ritmo de la descarga, a semejanza de las orquestas cubanas.
Los 60's, la época dorada del combo Vacaná
Su pasión musical en grande fue un poco tardía. Sólo después de los cuarenta años se dedicó de lleno a lo suyo, a hacer música para todos. Fue cuando dio vida al ‘Combo Vacaná', con el propósito de amenizar la fiesta de la Virgen del Carmen, en junio. No tenía interés comercial. En esta agrupación tocaba saxofón. Se atrevió a grabar y entonces surgió un sencillo con los discos ‘Mi Peregoyo' y ‘Mi San José', en la voz de la inmortal de Leonor González Mina, bien llamada ‘La Negra Grande de Colombia'. El grupo y su director fueron cogiendo fama y los bonaverenses ya no sólo lo querían escuchar en la fiesta de la Virgen, sino en encuentros bailables de diferente índole.
Discos Fuentes lo buscó y le abrió sus estudios para que grabara su primer larga duración y allí quedaron grandes éxitos, como ‘La palma de chontaduro', ‘La Pluma'; ‘Río de Juajui', ‘Martha Cecilia' y ‘Mi Buenaventura', este último convertido en un verdadero himno de aquel municipio.
La vejez
El pelo azabache se puso totalmente blanco, la gloria poco a poco se transformó en olvido, llegaron las enfermedades y de todo aquello sólo quedó una precaria pensión de docente.
Se fue de su casa en la Calle El Naranjito, de Buenaventura, con la única esperanza de volver. En Cali, en silla de ruedas y con la memoria esquiva, componía en un cuaderno y recibía las visitas de su ‘Combo Vacaná', que no deja de sonar. Peregoyo es una página bíblica de nuestra historia musical, el comienzo de una gran aventura, el papá de todos aquellos que hoy están; él tocaba en nombre de los viejos campesinos que vieron nacer esta música, de todos los pescadores y agricultores que la hacen vivir cada día. Esta es la larga historia de una región invisible, virtual, subterráneo sin quererlo ser y que poco a poco empieza a revelar su riqueza al mundo. Enrique le cantó siempre al mar, a las mujeres de su tierra y a sus tradiciones.
Enrique Urbano Tenorio: Popularmente conocido como "Peregoyo", nació en Buenaventura el 10 de enero de 1920 y en ella hizo sus estudios primarios y secundarios.
En la Universidad del Valle hizo estudios superiores de música, principalmente con los profesores José María Burbano y León J. Simar.
Cofundador de la Banda Municipal, organizó también la Orquesta Bahía y en 1960 el Conjunto " Vacaná" con el cual alcanzó renombre nacional e internacional con obras como: Mi Buenaventura, Río Juají, El Currulao, La Palma de Chontaduro, Ola de Agua, Sabor Vacaría.
Es autor de la música del Himno de Buenaventura, cuya letra es del poeta Helcías Martán Góngora.
Cronista y empresario, nacido en Buenaventura. Recorrió gran parte del mundo en la naves de la Flota Mercante Gran Colombiana.
Es promotor de concursos literarios infantiles y del concurso "El Mejor Bachiller".
En 1986 gana su primer premio literario, en el cual recibe además la distinción de Cronista del Valle del Cauca.
Obras suyas son: Golpe en la Resaca (1990), El Negro en el Desarrollo de la Costa Pacífica (1995), Buenaventura en la Nueva Era del Cambio (1994). Fue también Gerente de la Asociación de Comerciantes de Pueblo Nuevo, en Buenaventura.
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